Filosofía

A menudo se considera a la Filosofía como una disciplina académica que se desarrolla en un marco institucional, reglado como un discurso complejo al que sólo los especialistas tienen acceso. Desde este punto de vista, es claro que los niños y adolescentes no podrían incursionar en este terreno, porque no cuentan con los saberes previos indispensables ni con la posibilidad de asimilar vocabulario técnico y abstracto.

Sin embargo, también hay una Filosofía no académica, que puede remontarse a las figuras de Sócrates y Epicuro, que consiste en el laborioso proceso de construir un pensamiento propio, en el marco de un contacto intenso con otros a través del diálogo y las experiencias compartidas. Este modo de entender la Filosofía es el que orienta la presente propuesta pedagógico-didáctica implementada en SAINT PAUL. Las edades de los sujetos de aprendizaje que el Colegio contempla en esta forma de Filosofía, abarca desde los 11 años hasta los 17 años. Los educandos pueden constituirse en una comunidad filosófica o, mejor dicho, una comunidad de indagación, es decir, un espacio donde cultivar el asombro y la duda; donde se conceda un lugar a lo inesperado y a la admiración; donde los chicos y adolescentes pongan en juego estrategias argumentativas, modos de plantear problemas, confrontar hipótesis y evaluarlas. Ante la pregunta: ¿Cómo filosofan los niños y los adolescentes?, afirmamos que desde el nacimiento, los chicos tienen una actitud de indagación frente al mundo que los rodea: observan todo con atención y detenimiento, intentan tocar y acercarse a las cosas a través de los sentidos. Y una vez que se familiarizaron con el lenguaje, comienzan a hacerse preguntas sobre sí mismos, sobre el mundo y la sociedad. Muchas veces, incluso, sorprenden a los adultos con cuestionamientos para los cuales ni siquiera ellos tienen respuesta.

La Filosofía con Niños y Adolescentes implementada en el Colegio intenta mantener viva la curiosidad innata de los chicos y desarrollar su capacidad de pensamiento para que sean ellos mismos quienes encuentren sus propias respuestas a preguntas del tipo, ¿qué es el bien?, ¿qué es la verdad?, ¿qué es la felicidad?, ¿qué es la mente?, ¿qué es la realidad?, ¿qué son las cosas?, ¿qué es lo justo? A partir de lo que sabemos, ¿qué podemos averiguar?, entre otras tantas incógnitas que podrían considerarse “preguntas filosóficas”. Gustavo Santiago, autor del libro “Filosofía con los Más Pequeños”, afirma que “Los medios de comunicación tienden a aplanar el pensamiento y la imaginación transformando a los chicos en consumidores desde chiquitos. La Filosofía con Niños busca darle herramientas para que sean más activos frente al mundo que los rodea, que puedan cuestionar lo que se les dice y tengan sus propias ideas”.

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